El ancla de Flores, una extraña curiosidad con historia

No es algún tipo de monumento conmemorativo. Ni Casimiro Recuero (granadero de San Martín) ni Juan Esteban Pedernera (también granadero y último presidente de la Confederación Argentina) eran hombres de mar.

Y aunque el barrio sufrió algunas inundaciones a lo largo de historia, es improbable que el lugar haya sido escenario de algún naufragio, combate naval o incidente similar. Entonces, ¿qué es el ancla que puede verse en la esquina de las calles Recuero y Pedernera, en la zona sur de nuestro barrio?

Se trata de un ancla de hierro ubicado sobre la vereda. Tiene casi dos metros de altura y ninguna placa informa sobre su historia o función. Algunos creen que fue instalado para que sirva de protección contra accidentes. Otros mencionan un pequeño bar que habría ocupado esa esquina hace varias décadas y que perteneció a un marino retirado. Pero los vecinos más antiguos y memoriosos refutan estas versiones.


En realidad, ese ancla fue instalado hacia 1990 por los dueños de un restaurante de mariscos llamado, justamente, El Ancla. El restaurante no tuvo suerte y cerró luego de poco más de un año. Quedó esa ancla real, anónima, como recuerdo. Una de las tantas curiosidades que encierra nuestro barrio.

Por Claudio Sánchez, docente y divulgador científico

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *